Ruta por Colorado: Rocky Mountains, Denver y pueblos mineros

Lagos que reflejan las nubes, antiguos pueblos mineros que podrían formar parte de un western y bosques espesos por donde al amanecer y al atardecer caminan los alces.

Así es el estado de Colorado, un destino ideal para los amantes de la naturaleza, los pueblecitos con encanto y la vida pausada.

¿Te gustaría visitarlo en tu próximo viaje a Estados Unidos? Hoy compartimos una ruta por Colorado para conocer Denver, Boulder, el parque nacional de las Rocky Mountains… ¡y un sinfín de pueblos de película!

Sobre la ruta por Colorado

Esta ruta por Colorado está basada en un viaje que hicimos por el norte del estado a lo largo de 5 días. Antes de ponernos en marcha, aquí tienes algunos consejos:

• Empezamos y acabamos la ruta en Denver, la capital y la mayor ciudad del estado.
• Hay vuelos directos entre Nueva York y Denver con una duración aproximada de 3:30 h. Recuerda que en Colorado son 2 horas menos que en Nueva York.
• Para movernos, utilizamos un coche de alquiler. En el aeropuerto de Denver encontrarás muchísimas compañías de alquiler, así que puedes comparar precios. Aquí tienes algunos consejos para conducir por Estados Unidos.
• Todo el estado de Colorado se encuentra por encima de los 1000 metros de altitud, y, en algunos puntos de las Montañas Rocosas, llegamos a los 3700 metros (¡llévate crema solar!).
  Nosotros alquilamos un coche compacto y, aunque incluso las carreteras de montaña están en buen estado y no tuvimos ningún percance (salvo que le costaba un poquito tirar en algunas cuestas), si repitiéramos elegiríamos un modelo de coche un poco más grande. Los vehículos que más vimos en la carretera son los tipo SUV.
• ¿Y cuál es la mejor época para hacer esta ruta? Nosotros la hicimos a finales de verano. Principios de otoño en Colorado es temporada alta porque mucha gente viaja al estado para ver el cambio de color de las hojas (fall foliage), y, en invierno, es uno de los destinos de esquí más populares de los Estados Unidos. Pero debes tener en cuenta que la carretera principal del Rocky Mountain National Park, la Trail Ridge Road, cierra más o menos desde octubre hasta finales de mayo por las fuertes nevadas. En esa época, si llegas desde el este solo podrás visitar la parte este del parque.
  Aun así, creemos que cualquier época es buena para visitar Colorado siempre y cuando estés dispuesto a adaptar un poco el itinerario y las actividades.
• Es un estado tan gigantesco que es imposible abarcarlo en pocos días, pero, si dispones de más tiempo, marca en el mapa también lugares como Vail o Aspen.

Ruta por Colorado en 5 días (en coche)

Día 1: Boulder y Estes Park

Llegamos a Colorado de madrugada, así que buscamos un motel donde dormir cerca del aeropuerto de Denver, donde a la mañana siguiente recogimos el coche de alquiler.

Aquí puedes ver hoteles cerca del Denver Airport. ¡En marcha!

Boulder y la vida tranquila

El primer destino que visitamos es también uno de los más que más nos sorprendió y enamoró del viaje: la ciudad de Boulder.

Con las montañas como decorado de fondo y poblada de carriles bici, cafeterías acogedoras y tiendas de deporte, Boulder te tienta a quedarte unos días para hacer excursiones y saborear la vida tranquila.

Si solo tienes unas horas, el corazón de la ciudad es el Pearl Street Mall, un paseo peatonal con decenas de tiendas independientes, restaurantes, artistas callejeros…

Además de eso, nos encantaron la cafetería The Laughing Goat, el vestíbulo del Hotel Boulderado, el Farmers Market de los sábados, con puestos con comida para llevar, y el colorido salón de té Dushanbe Tea House, un regalo de Tajikistán.

Info práctica de Boulder: Cerca del centro hay muchas calles residenciales donde aparcar gratis (algunas con límite de 2 horas). Nosotros aparcamos alrededor de la calle 20 con Grove St.

Boulder Canyon y Nederland

Tras visitar Boulder, dirígete hacia el oeste en dirección al pueblecito de Nederland. La carretera se estrecha entre montañas y sigue el riachuelo Boulder Creek, lleno de ciclistas y excursionistas que aprovechan este espacio natural tan cercano a Boulder.

Nosotros paramos junto al río para remojar los pies antes de seguir hacia Nederland, un pueblecito de pasado minero donde hoy en día la mayor atracción es el Nederland Mining Museum (gratis y muy interesante, lleno de objetos sobre el pasado minero) y unos cuantos restaurantes.

Peak to Peak Highway y Brainard Lake

Saliendo de Nederland en dirección a Estes Park, te incorporarás a la Peak to Peak Highway, una espectacular carretera que forma parte de las Scenic Byways de Estados Unidos.

El asfalto asciende suavemente entre bosques de abetos y álamos, al fondo se levantan los gigantes de las Montañas Rocosas y apenas encuentras otros coches. ¡Qué fácil sentirse privilegiado en un escenario así!

A medio camino, nosotros nos desviamos para visitar la Brainard Lake Recreation Area, una zona de lagos de montaña. Hay que pagar entrada (si tienes el pase de los parques nacionales, está incluida), pero, si tienes tiempo, merece la pena hacer alguna excursión.

Aunque también da un poquito de miedo: ¡hay carteles en todas partes avisando de la presencia de pumas y osos!

 

Estes Park y sus tiendas

Como guinda del primer día en Colorado, te proponemos dormir en Estes Park, el pueblo de montaña a las puertas del Rocky Mountain National Park.

Así, al día siguiente podrás llegar pronto al parque, algo importante (como te contaremos más adelante). Haz click aquí para ver hoteles en Estes Park.

Estes Park es un pueblo volcado en el turismo, y la calle principal, Elkhorn Avenue, es una sucesión de tiendas de recuerdos, restaurantes, heladerías, tiendas de dulces…

A pocos metros del centro, en las calles residenciales del pueblo, encontramos ciervos campando a sus anchas junto a la carretera y en los patios de los vecinos.

Día 2: Rocky Mountain National Park

El segundo día de la ruta por Colorado lo dedicamos por completo a visitar el Rocky Mountain National Park (RMNP) y hacer senderismo.

Madrugones que valen la pena

Y el primer consejo que podemos darte es: ¡madruga! Todas las guías que leímos advertían de lo importante que es llegar pronto al parque para conseguir sitio en el aparcamiento de la excursión que quieras hacer. La web oficial del parque da esta información:

• Glacier Gorge Trailhead – El aparcamiento se llena antes de las 6:00 de la mañana.
• Bear Lake Trailhead – Se llena antes de las 8:30.
• Park and Ride (el lugar donde puedes dejar el coche y tomar uno de los shuttles gratis que recorren parte del parque) – Se llena antes de las 10:30.
• Wild Basin Corridor – Se llena antes de las 9:30.

Nosotros queríamos aparcar junto al trailhead (el inicio del camino) de Bear Lake y visitamos el parque en fin de semana de septiembre, así que llegamos al aparcamiento a eso de las 6:50 de la mañana… ¡y ya prácticamente estaba lleno!

Aun así, madrugar mereció la pena también por otras razones:

• A esa hora, las taquillas del parque no están abiertas, así que no tienes que pagar entrada (confirmado por los rangers del parque a quien preguntamos). Si no, en el momento de publicar este artículo la entrada cuesta $20 por vehículo y día o $30 por semana.
• Muchos animales están más activos al amanecer y al atardecer. Entrando al RMNP cuando salía el sol, ¡al lado de la carretera vimos un elk gigante!
• A primera hora de la mañana hay mucha menos gente en los senderos. A partir de las 10, ya es casi imposible estar solo.

Bear Lake y excursión entre lagos

En total, hicimos una ruta de unos 13 km que nos llevó sobre 7 horas, ya que en algunos tramos tiene bastante desnivel.

En la web del parque encontrarás los mapas oficiales, pero, en general, podemos decir que los senderos están en buen estado y bien señalizados.

Comenzamos por el Bear Lake, el lago más accesible de todos (se llega a pie desde el aparcamiento en 5 minutos), y seguimos hacia otros de los impresionantes lagos alpinos de esta región del parque: el Nymph Lake, el Dream Lake y, el más alto, el Emerald Lake (a 2890 m), con aguas de color esmeralda.

 

Alrededor de esos lagos de postal, encontramos decenas de chipmunks, ardillas y, a lo lejos, alguna marmota. Recuerda que está prohibido dar de comer a los animales (cuidado con los chipmunks, ¡te roban en un milisegundo!).

El camino por la montaña también es de película: atraviesas riachuelos, te pierdes entre miles de árboles y, al fondo, las altísimas cimas salpicadas de nieve te recuerdan dónde estás…

Dimos media vuelta por el mismo camino y fuimos a buscar el cruce con el sendero del Haiyaha Lake, que asciende por la ladera de la montaña y, al llegar arriba, te regala unas vistas de vértigo.

Desde allí, volvimos un poquito atrás de nuevo para ir en busca del cruce del sendero del Glacier Gorge Trailhead, que desciende entre bosques solitarios y desemboca en las impetuosas cascadas Alberta Falls. Nos acercamos a probar el agua con los pies y, como era de esperar… ¡Estaba helada!

Desde allí, un último esfuerzo, porque el camino sube, y ya estábamos de vuelta al aparcamiento del Bear Lake Trailhead.

Muy cansados, antes de salir del parque nos detuvimos en un par de miradores y en el Sheep Lake y regresamos a Estes Park, donde a esa hora de la tarde el ambiente en la calle era muy animado.

De nuevo dormimos en Estes Park, para estar lo más cerca posible de la entrada del parque al día siguiente. Aquí puedes ver alojamientos en Estes Park.

Día 3: Rocky Mountain National Park y Frisco

El tercer día de ruta por Colorado lo dedicamos también al RMNP, pero, en lugar de visitar una porción y volver a Estes Park al final del día, lo atravesamos entero por la carretera 34 y salimos por el sur.

De nuevo madrugamos y entramos al parque cerca de las 7:30 de la mañana. Hicimos una breve parada en el mirador Horseshoe Park y en Sheep Lakes, donde a veces es posible ver bighorns (unas ovejas de grandes cuernos conocidas como carneros de las Rocosas).

La Trail Ridge Road

A continuación, emprendimos la Trail Ridge Road, la carretera alpina que atraviesa el parque. En cuestión de minutos asciendes más de 1000 metros, y, en su punto más elevado, te encuentras a nada más y nada menos que a 3700 metros de altitud.

Es fascinante ver cómo cambia el paisaje, cómo los bosques alpinos van dando paso a la desolada y desnuda tundra, y a lo largo de la carretera encontrarás decenas de miradores para contemplar el paisaje.

 

Paramos en Beaver Ponds (donde es posible ver castores) y en la Many Parks Curve, aunque la parada más bonita del día fue en el Ute Trail. Este antiguo sendero indio se adentra en la tundra, tan frágil que, para protegerla, no puedes salirte del camino.

Al cabo de poco más de 1 km, sin nadie alrededor, en las rocas de la tundra comenzamos a distinguir decenas de marmotas tomando el sol y acumulando alimentos para la larga hibernación. Y un coyote que, sin duda, también iba en busca de alguna presa…

Siguiendo por la carretera, paramos en los miradores Rock Cut y en los acantilados Lava Cliffs, y pronto llegamos al Alpine Visitor Center, un centro de visitantes con tienda y restaurante y unas vistas espectaculares teñidas de motas de nieve.

A partir de allí, la Trail Ridge Road comienza a descender. Hicimos la corta excursión hasta el Lake Irene, un lago de reflejos cristalinos en cuyos bosques disfrutamos observando a una pareja de ciervos rojos.

La última parada en el parque fue bastante distinta a los demás. El Holzwarth Historic Site es un pequeño rancho de principios del S XX, y un ranger nos hizo una visita guiada por los edificios y nos contó la historia de la familia que lo construyó.

En otoño, esta zona del parque cierra para no interferir en la berrea de los alces.

El pueblecito de Frisco

Desde la salida del Rocky Mountain National Park nos dirigimos hacia Frisco, un pueblo más o menos a 1:40 h en dirección sur.

Por el camino atraviesas paisajes hipnóticos, con las típicas carreteras infinitas del oeste americano y algún que otro pueblecito muy auténtico.

Frisco, a pesar de ser turístico, nos pareció muy bonito, con una calle principal repleta de restaurantes, cafeterías, tiendas de antigüedades… Y las gigantescas montañas como escenario de fondo.

En este momento del viaje, si dispones de más tiempo, una opción sería llegar hasta el bonito pueblo de Vail y hacer noche allí. Aquí puedes ver hoteles en Vail.

Nosotros nos alojamos en una habitación del pueblo de Silverthorne, ya que al día siguiente nos dirigiríamos hacia Denver. Haz click aquí para ver alojamientos en Frisco y aquí para ver alojamientos en Silverthorne.

Día 4: Pueblos mineros de Colorado

¡Empieza uno de los días más singulares de la ruta por Colorado! El objetivo del cuarto día era llegar a Denver a media tarde, pero, en vez de recorrer el camino de un tirón, dedicamos el día a visitar antiguos pueblos mineros.

El pueblecito de Georgetown

Primera parada: Georgetown y, en concreto, el Whistle Blow Café, sin duda la cafetería más auténtica que visitamos en Colorado.

Vecinos del pueblo comenzando el día con un buen desayuno de cuchillo y tenedor (es decir, bacon y huevos por un tubo), una camarera rellenándote el café cada pocos minutos…

Nos encantó la parada, aunque todavía más el centro de Georgetown, un pueblecito de postal. Anidado entre montañas, el pueblo nació y se dio a conocer gracias a la minería de la plata, y la calle principal está repleta de negocios que parecen salidos del Lejano Oeste.

Por la cantidad de negocios y el número de habitantes (poco más de 1000), suponemos que el pueblo debe vivir en gran parte del turismo, pero cuando estuvimos estaba prácticamente desierto.

Si viajas con niños, la actividad más popular (aunque bastante cara) es subir al tren Georgetown Loop Railroad y visitar las minas de Everett o de Lebanon.

Idaho Springs y la Argo Gold Mine

Siguiente destino: Idaho Springs. De camino a este pueblecito, junto a la carretera encontrarás un punto de observación de bighorns, equipado con prismáticos para que observes las laderas de las montañas en busca de carneros de las Rocosas.

Idaho Springs nos pareció un poco más turístico y menos pintoresco que Georgetown, aunque la calle principal también merece la pena.

Otro lugar que nos encantó fue el centro de visitantes, con una exposición muy interesante sobre la minería y los animales de la zona.

Y, hablando de minas, si te apetece visitar una antigua mina de oro en Colorado, en Idaho Springs encontrarás la Argo Gold Mine. Al final del tour, podrás cribar arena en busca de partículas de oro (y, con suerte, ¡volver a casa un poco más rico!).

Central City, ciudad de casinos

El siguiente pueblo de esta ruta minera es el más elevado: para llegar a Central City, tendrás que subir hasta los 2600 metros.

La historia de Central City comenzó como la de tantos otros pueblos, con un rápido y próspero crecimiento gracias a la fiebre del oro. Pero, con las minas abandonadas y un pueblo decaído, en los años 90 decidieron reconvertirlo en un pueblo de casinos.

El resultado es cuanto menos chocante: a simple vista, parece un pueblecito del oeste más, pero detrás de las fachadas se esconden tragaperras y tiendas de marihuana (que, en Colorado, es legal con fines recreativos). Curioso, pero también algo triste.

El pueblo vecino, Black Hawk, corrió la misma suerte. Nosotros llegamos a Central City con la intención de visitar la mina de oro de Hidee, pero el camino para llegar hasta allí se encontraba en tan mal estado que no nos atrevimos a entrar con nuestro coche… Así que, tras comer en el único lugar posible, en un casino, pusimos rumbo al siguiente destino.

Red Rocks Park

En las afueras de Denver, nos detuvimos en el Red Rocks Park, un parque conocido por los paisajes de arenisca roja.

Allí se encuentra el Red Rocks Amphitheater, un enorme anfiteatro construido en la piedra donde se celebran conciertos al aire libre.

Precisamente lo encontramos cerrado por un concierto, pero en el parque hay varios aparcamientos gratuitos y senderos que recorren las rocas.

Elegimos la excursión llamada Geologic Overlook Trail, que en cuestión de una hora te permite perderte entre las rocas rojas y volver al aparcamiento.

Denver: City Park y cervezas

Tras unos cuantos kilómetros de tráfico infernal, por fin llegamos a Denver y nos dirigmos a nuestro Airbnb en el barrio de City Park, residencial y muy tranquilo.

Aquí puedes ver hoteles y alojamientos en Denver.

Ya estaba a punto de atardecer, así que, por recomendación de nuestra anfitriona, nos acercamos al enorme parque City Park para contemplar los rascacielos del centro de Denver.

El mejor lugar para ver el skyline son los alrededores del Museo de historia natural, un poco más elevado que el resto del parque.

Y, para cerrar el penúltimo día de la ruta por Colorado, probamos uno de los planes más típicos de Denver: una cervecería.

La ciudad está atestada de breweries donde probar cervezas artesanas. Nosotros elegimos la Cerebral Brewery y tanto el ambiente como las bebidas nos encantaron.

Día 5: Denver

El último día en Colorado lo dedicamos a visitar Denver, la capital del estado. El apodo de la ciudad es Mile-High City, porque se encuentra justo a la misma altura que una milla: a 1609 metros sobre el nivel del mar.

Solo teníamos medio día antes de poner rumbo al aeropuerto, y lo dedicamos a recorrer el centro a pie. Comenzamos en Larimer Square, una calle histórica que hoy en día es epicentro de tiendas independientes, restaurantes, cafeterías…

Es uno de los rincones más animados y agradables del centro. Muy cerca está otro de los barrios históricos de moda en la ciudad, LoDo (Lower Downtown), con otra buena representación de tiendas y restaurantes.

Además de pasear por el barrio, entra en la preciosa y emblemática Union Station, una renovada estación de tren centenaria que hoy en día alberga multitud de negocios.

Tras visitar la estación, recorrimos el 16th Street Mall, la calle comercial por excelencia de Denver. Es peatonal y está colmada de tiendas y cafeterías, aunque la mayor parte son cadenas, por lo que no nos gustó tanto como Larimer Square.

Aun así, es uno de los lugares con más ambiente y hay un shuttle gratuito que recorre la calle y el centro cada pocos minutos, así que puede ser un buen destino.

Por último, nos acercamos a ver el Capitolio de Colorado y los alrededores del Denver Art Museum, donde se puede disfrutar de algunas esculturas y exposiciones al aire libre.

Esta fue nuestra última parada en Denver, aunque, si tienes más tiempo, una actividad muy típica es apuntarte a un tour de la cervecería Coors Brewery.

¡Y aquí termina nuestra ruta por Colorado! Nos encanta saber que las guías son útiles para otros viajeros, así que, si visitas este estado, ¡cuéntanos qué tal la experiencia en los comentarios!